La vitamina D y el sol, ¿qué exposición solar se recomienda?

La vitamina D es fundamental para el desarrollo normal de nuestro organismo. Se almacena en el tejido graso y ayuda al cuerpo a asimilar el calcio, el mineral más importante para la formación de los huesos.

La vitamina D se produce en la piel a partir de la radiación ultravioleta de la luz solar. También a través del consumo de ciertos alimentos.

¿Cómo se genera la vitamina D?

La vitamina D es generada por nuestro cuerpo al exponernos al sol. La mayoría de los expertos sugieren que una exposición solar diaria de entre 8 a 15 minutos es suficiente para generar la vitamina D que tu cuerpo necesita.

Sin embargo, conviene tener cuidado con la exposición solar: es importante que antes de ponernos al sol nos protejamos con una crema solar adecuada (al menos de factor 30). Además, debemos evitar la exposición al sol en las horas centrales del día.

¿Qué beneficios aporta la vitamina D?

Mantener unos niveles adecuados de vitamina D es muy beneficioso para la salud, muy. Especialmente durante el embarazo. La vitamina D es fundamental para la salud de los huesos y los dientes, ya que ayuda a absorber el calcio y el fósforo en el intestino. Además, desempeña un papel esencial en el sistema nervioso, muscular e inmunitario.

Fundamental durante el embarazo

La vitamina D es fundamental durante el embarazo. Las bajas concentraciones de vitamina D en la sangre de las embarazadas se han asociado con complicaciones del embarazo. Por ejemplo, la preeclampsia o tener un parto prematuro. Además, también se ha observado que las futuras madres con una cantidad de vitamina D adecuada tienen un menor riesgo de presentar diabetes gestacional.

Los beneficios de la vitamina D no solo se manifiestan durante el periodo de gestación. Es importante mantener los niveles adecuados de esta vitamina en todas las etapas de la vida de la mujer, especialmente durante la gestación, pero sin olvidar que es necesaria tanto antes como después del embarazo, así como en el bebé.

Si no puedo beneficiarme del sol, ¿Cómo obtener vitamina D?

En las épocas del año donde no tenemos tanto sol, la vitamina D podemos obtenerla a través de la alimentación, en niveles de hasta un 10-20% de la que nuestro cuerpo necesita.

Encontramos la Vitamina D2 en los alimentos de origen vegetal y la Vitamina D3 en los alimentos de procedencia animal.

Estos son algunos ejemplos de alimentos que aportan vitamina D:

  • Leche y derivados: leche y yogures enteros, quesos (emmental, manchego…) y mantequilla.
  • Carnes: hígado vacuno y pollo.
  • Pescados azules: salmón, atún, caballa y sardinas.
  • Huevos: especialmente en la yema.

Hemorroides. Qué son y cómo combatirlas

Las hemorroides son producidas a causa de la inflamación de las venas del ano. Es un problema que pueden sufrir tanto los hombres como las mujeres.

Las principales causas que pueden desencadenar la aparición de hemorroides son:

  • El estreñimiento.
  • La diarrea.
  • El sobrepeso o la obesidad.
  • El embarazo (tanto la etapa del preparto como el posparto).
  • Pese a que en muchas ocasiones las hemorroides constituyen un problema invisible y silencioso, lo cierto es que pueden llegar a ser muy dolorosas y molestas. Es decir, aunque a veces los síntomas son imperceptibles, otras muchas causan en los pacientes fuertes dolores que hay que combatir.
  • Algunos de los síntomas que pueden ser signos e indicadores de la presencia de hemorroides son:
  • Sangrado, aunque indoloro, al defecar.
  • Picor, irritación, inflamación, dolores o molestias en la zona del ano.
  • Aparición de bultos alrededor del ano.

Las hemorroides que se originan en el interior del recto se denominan hemorroides internas, mientras que las hemorroides que aparecen alrededor del ano son conocidas como hemorroides externas. Las hemorroides mixtas se producen cuando el paciente sufre a su vez la combinación de hemorroides externas con hemorroides internas. También existen un tipo de hemorroides, conocidas como hemorroides trombosadas, que se producen cuando el exceso de sangre acumulada en una hemorroide externa produce un coágulo (trombo). Es una de las hemorroides más dolorosas para quien la experimenta.

Según la gravedad de la inflamación, las hemorroides se dividen en 4 grados o estadios, siendo 1 el nivel más leve del trastorno y 4 el más grave.

Los especialistas concluyen que la genética es un factor muy importante en el desarrollo de hemorroides en hombres y mujeres, por lo que aquellas personas con ascendencia y antecedentes familiares que hayan sufrido este trastorno son más propensas a padecerlo.

Como en todos los trastornos y enfermedades, el diagnóstico, el tratamiento y la atención temprana son cruciales a la hora de reducir las posibles consecuencias en la salud y la calidad de vida de los pacientes. El cuidado de la higiene anal y los hábitos de vida saludables ayudan a combatir la aparición de las hemorroides, aunque hay veces en las que estas se desarrollan inevitablemente en hombres y mujeres.

En casos extremos, una complicación del trastorno de hemorroides puede derivar en:

  • Anemias secundarias.
  • Trombosis.
  • Fisuras.
  • Fístulas anales.
  • Infecciones.

Muchas veces los pacientes que sufren hemorroides tardan más de la cuenta en acudir al médico debido a la vergüenza y los tabús que todavía hoy existen en torno a ciertas partes del cuerpo.

En AGE trabajamos en el diagnóstico de la enfermedad hemorroidal, asesorando y derivando a los pacientes en caso de necesidad al proctólogo, el médico especializado en la última fase del tubo digestivo (recto y ano). Tu ginecólogo será quien determine si debes acudir al proctólogo, y este último decidirá si es necesaria la visita al cirujano.

Si de un tiempo a esta parte estas sintiendo dolor o molestias en la zona del ano, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Te realizaremos un chequeo rutinario para comprobar que todo está bien. Llama al 917 37 52 22 y pide cita en nuestro clínica de ginecología y obstetricia en Madrid.

6 consejos para evitar infecciones vaginales en verano

Estar en la playa o en la piscina es un placer, pero son lugares donde nuestra salud entra en juego aunque los consideremos sitios inofensivos. No sólo debemos cuidar la piel sino también nuestra zona íntima, que en estos ambientes se expone a alteraciones con mayor facilidad que en otras épocas del año, como las infecciones vaginales.

Aunque, en un primer momento, son patologías que no presentan complicaciones y pueden tratarse rápidamente, sí que es necesario diagnosticarlas a tiempo y poner el tratamiento adecuado para que no deriven en enfermedades más graves y su curación sea más rápida.

Las infecciones son causadas, en su mayoría, por microorganismos bacterianos y micóticos (hongos). El 75% de las mujeres puede presentar síntomas derivados de una infección vaginal en algún momento de su vida. Los síntomas principales que caracterizan a estas infecciones son picores, escozor e irritación, acompañados de una inflamación de los genitales y posibles cambios de coloración y consistencia del flujo vaginal.

Aquí os dejamos unos consejos para evitarlas:

  1. Escoge bikinis y bañadores confeccionados con algodón. Las prendas de ropa sintética no dejan respirar tu piel.
  2. No mantengas puesta tu ropa de baño húmeda durante mucho tiempo. Permanecer con la ropa de baño húmeda más de media hora es una de las principales causas de infecciones vaginales.
  3. Si estás en la playa, siéntate sobre una toalla o pareo, intenta no hacerlo directamente sobre la arena, ya que puede causar irritación en tu zona íntima.
  4. Puedes usar toallitas húmedas específicas para esa zona, para mantenerte fresca y cómoda por más tiempo.
  5. Después de ir a la playa o piscina, lávate con un jabón con un ph neutro y formulado para tratar la zona íntima. Así eliminarás cualquier residuo de arena o cloro. Aquí tienes MÁS RECOMENDACIONES para una higiene íntima completa y óptima.
  6. Además, también puedes contribuir a evitar las infecciones vaginales con tu alimentación. Por ejemplo, se recomienda beber infusiones a base de frutos rojos, como arándanos, alimentos ricos en hierro, vitamina B, Zinc. Todos los alimentos que tengan propiedades antibióticas, antibacterianas o antisépticas son bien recibidos.

Cuáles son las Enfermedades de Transmisión Sexual más comunes

A veces no somos conscientes de todas las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) que existen, causadas por un sinfín de virus, bacterias y parásitos que pueden ocasionar diferentes tipos de anomalías más o menos graves. Por ello, desde AGE redundamos en la importancia del uso del preservativo y las revisiones periódicas a nuestro médico para comprobar que todo está en orden.

Las Enfermedades de Transmisión Sexual afectan a uno de cada 10 jóvenes de entre 15 y 24 años y a cada vez más adultos mayores de 45 años. A veces son asintomáticas y pasan desapercibidas, y al no ser tratadas pueden tener graves consecuencias a largo plazo. Además, una vez detectada una ETS hay que descartar que no haya más, ya que a menudo se asocian varias a la vez.

Aunque la mayoría no suelen ser demasiado graves, si no se tratan a tiempo pueden derivar en afecciones más graves, como la infertilidad, complicaciones en el embarazo o incluso daños al recién nacido.

La mejor forma para prevenir las ETS es el cuidado personal y el uso del preservativo.

Aunque existen diferentes patologías asociadas a las ETS, las más comunes son las siguientes.

VIH

Es la más letal de todas las que existen. Este virus destruye la capacidad del cuerpo para defenderse de las infecciones. Se transmite por el contacto con diversos líquidos corporales de personas infectadas, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales. Las señales tempranas de la enfemedad incluyen mucha fatiga y fiebre. Si bien no existe cura para el SIDA, hay tratamientos que pueden tenerlo bajo control y hacer más lento su progreso.

Clamidia

Es la enfermedad bacteriológica más común. En la mayoría de los casos no manifiesta síntomas. Puede infectar la células del cuello del útero, la uretra, el recto y, a veces, la garganta y los ojos. En las mujeres, los síntomas son flujo abundante, sangrado anormal entre los períodos menstruales o durante el acto sexual, dolor al tener relaciones o al orinar y en la parte baja del abdomen. En los hombres se manifiesta con un líquido blancuzco que sale de la uretra y dolor al orinar o en los testículos.

Herpes genital

El herpes genital es causado por dos tipos de virus. Estos virus se llaman herpes simple del tipo 1 y herpes simple del tipo 2. Los síntomas pueden aparecer mucho tiempo después de haber sido infectados, pero una vez que nos hemos contagiado, el virus permanece de por vida. El virus produce unas úlceras alrededor de la vagina y en el pene, aunque la mayoría de las personas que tiene herpes no presenta síntomas o si los presenta son muy leves.

Gonorrea

Es una infección bacteriológica que puede infectar la uretra, el cuello del útero, el recto, el ano y la garganta, si se ha practicado sexo oral. El período de incubación, es decir, el tiempo que pasa desde que se entra en contacto con la bacteria hasta la aparición de los síntomas, es de 2-5 días. Los síntomas pueden ser ardor al orinar, líquido blanco o amarillo del pene, flujo vaginal amarillento e irritación o flujo del ano. Una infección de gonorrea durante un embarazo puede causar problemas graves al bebé.

Sífilis

Aunque se cura fácilmente con antibióticos o penicilina, puede causar complicaciones a largo plazo o la muerte, si no se trata de manera adecuada. Normalmente, se desarrolla en varias fases y puede manifestarse comenzando por una llaga indolora y pasando después a un sarpullido o síntomas parecidos a los de la gripe. Se lo puede contagiar la embarazada a su bebé, lo que se conoce como sífilis congénita.

Virus del Papiloma Humano (VPH)

Es la ETS más común tanto en hombres como en mujeres, ya que se calcula que el 90% de las personas con una vida sexual activa entra en contacto con el virus. No todas ellas se infectan: en el 90% de los casos, el sistema inmunológico resuelve la situación. En la mayoría de los casos, el VPH desaparece por sí solo y no causa ningún problema de salud. Pero cuando el VPH no desaparece, puede causar problemas de salud como verrugas genitales (condilomas) o cáncer. Hay vacunas que pueden prevenirlo. Es importante acudir a los controles ginecológicos rutinarios para que la citología detecte si hay alteraciones celulares y se puedan practicar pruebas más específicas. El control ginecológico permite diagnosticar no solo el VPH, sino también, en el peor de los casos, el cáncer de cérvix en estadios tempranos, a tiempo de extirparlo mediante un procedimiento quirúrgico relativamente poco invasivo denominado conización.

Tricomoniasis

En la mayoría de los casos no llega a manifestarse. Sus principales síntomas pueden ser dolor al orinar, flujo con mal olor, picor en la vagina, líquido en la uretra.

Hepatitis B

Es una enfermedad del hígado. Algunas personas pueden combatir la infección y eliminar el virus. En otras, la infección permanece y da lugar a una enfermedad «crónica» o de por vida. Puede causar problemas graves de salud. La mejor forma de prevenir la infección es a través de vacunas.

Candidiasis

Infección causada por hongos. Muchas veces no hay síntomas. El tratamiento es simple y consiste en cremas, óvulos vaginales, pastillas o una combinación de los tres. Si no se trata, generalmente se van solos, pues el cuerpo los combate de manera natural, pero en el hombre pueden provocar inflamaciones de la uretra.

Causas, síntomas y tratamiento del cáncer de endometrio

El endometrio es la membrana mucosa que recubre la cavidad del útero. Su desprendimiento, siempre y cuando no haya fecundación o implantación, es el causante de la menstruación de la mujer. El cáncer de endometrio, también conocido como cáncer endometrial, es el tumor que se desarrolla en la cavidad interior del útero, concretamente en el endometrio, su capa más interna.

El 80 % de las mujeres que padecen cáncer de endometrio lo desarrollan durante la etapa conocida como posmenopausia, el periodo en el que la mujer deja de tener la menstruación. La posmenopausia es la etapa que significa el fin de la edad fértil de la mujer, y el comienzo de la fase conocida como climaterio. El 20 % de las mujeres afectadas por el cáncer de endometrio son detectadas durante la etapa de la premenopausia.

La edad media de las mujeres que sufren cáncer endometrial oscila entre los 50 y los 59 años de edad, coinciendo con la edad en la que las mujeres, generalmente, dejan de tener el ciclo menstrual.

Entre las posibles causas y factores de riesgo del cáncer de endometrio destacan:

  • La excesiva exposición a estrógenos por parte de la mujer.
  • El desequilibrio de la hormona progesterona.

Por lo general, el tumor endometrial produce síntomas tempranos que sirven de señal de alarma para las mujeres que lo padecen. Las revisiones ginecológicas periódicas y la visita al ginecólogo en el momento en el que comienzan a desarrollarse los primeros síntomas, son claves a la hora de su detección precoz. El diagnóstico prematuro del cáncer de endometrio es el responsable de su alta tasa de supervivencia.

Los síntomas del cáncer de endometrio pueden ser variados, como:

  • Sangrado menstrual excepcional, producido entre periodos o durante la etapa de la posmenopausia.
  • Sangrado menstrual excepcional, si se produce en exceso, puede producir anemia, otra de las señales de alerta del cáncer endometrial.
  • Dolor abdominal y calambres pélvicos.
  • Dolor o molestias durante las relaciones sexuales.
  • Flujo o la secreción vaginal inusual.

Igual que existen síntomas que la mujer puede advertir, también hay factores de riesgo que pueden potenciar la aparición del cáncer de endometrio. Algunos de estos factores son:

  • La obesidad.
  • La diabetes.
  • El consumo de medicamentos que contienen estrógenos.
  • La infertilidad.
  • La menarquía precoz (interrupción de la menstruación en el cuerpo de la mujer).
  • La menopausia tardía. Al contrario que la menarquía precoz, se produce cuando la mujer tiene el ciclo menstrual hasta una edad avanzada.
  • La hipertensión arterial.
  • El síndrome del ovario poliquístico.
  • Los pólipos endometriales.
  • La terapia de reemplazo de hormonas estrogénicas.
  • El consumo del tamoxifeno, un medicamento recetado en el tratamiento del cáncer de mama.

El tratamiento del cáncer de endometrio es quirúrjico. Según lo avanzado que se encuentre el tumor, será necesaria o no la aplicación de otras técnicas, como la radioterapia, la hormonoterapia o la quimioterapia.

La detección precoz y el tratamiento temprano son las claves de la supervivencia. Las revisiones ginecológicas rutinarias y las visitas al ginecólogo cuando se producen síntomas y anomalías en nuestro cuerpo, pueden salvar muchas vidas. No dudes nunca en pedir cita y visitar a tu ginecólogo cuando sientas que algo no va bien.

Pérdida perinatal y pérdida gestacional

El 15 de octubre es el Día Internacional de la Pérdida Perinatal y Gestacional. La maternidad es una etapa en la vida de muchas mujeres que comienza desde el segundo en el que son conscientes de que están embarazadas. Un periodo que en ocasiones se complica, convirtiendo esta etapa en la peor de las pesadillas.

La pérdida perinatal se produce cuando el bebé fallece entre los 6 meses de embarazo y la primera semana de vida. La pérdida gestacional, por su parte, se produce cuando el bebé muere durante el embarazo.

Existen dos tipos de pérdidas gestacionales, el aborto y la muerte fetal. Lo que diferencia a uno u otro designio es el grado de gestación y desarrollo del bebé. Si la embarazada se encuentra antes de la 20 semana de gestación y el peso del feto o embrión es inferior a 500 gramos, se denomina aborto. Si la madre ha superado la 20 semana de embarazo y el bebé supera los 500 gramos de peso, estamos ante una muerte fetal.

Duelo gestacional o perinatal

El duelo gestacional o perinatal es la fase por la que pasan todas aquellas mujeres cuyo embarazo o parto no fue según lo esperado, y derivó en el fallecimiento del bebé. Es el proceso mental mediante el cual la mujer trata de recomponerse y seguir hacia adelante tras la peor de las noticias. Un proceso totalmente necesario en el que se ha de contar con el apoyo, la comprensión y el respeto de todos los seres queridos.

Aquello que se silencia, se invisibiliza o es considerado como un tabú, no se convierte en menos importante en la vida de muchas personas. Es el caso de la pérdida perinatal y gestacional, un revés que padecen miles de mujeres cada año y que no cuenta con la conciencia, la visibilidad y el interés que merece un tema como este. Es por ello que, en muchas ocasiones, las mujeres se encuentran solas y desprotegidas ante esta situación adversa. Normalizar y trabajar sobre la pérdida perinatal y gestacional ayudará a que todas estas mujeres dejen de experimentar esa sensación de desamparo, soledad y desconocimiento frente a su situación. El aborto involuntario supone en la mujer que lo padece multitud de traumas y secuelas que necesitan ser tratados de la forma más paciente y profesional. Porque el daño no es solamente psíquico y psicológico, sino también físico.

Aunque cada vez hay más recursos y herramientas con las que pueden contar las mujeres que han sufrido una pérdida perinatal o gestacional, todavía queda mucho camino por andar ante un problema al que por desgracia no podemos hacer oídos sordos.

En AGE, no solo disponemos de un equipo completo de profesionales especializados en ginecología y obstetricia, sino que además, entre nuestros servicios, contamos con una sección de atención psicoterapeútica. En colaboración con la psicóloga Teresa Darqui, en AGE tratamos problemas psíquicos específicos de la mujer, como aquellos derivados durante el embarazo o el parto.

La importancia del preservativo en la prevención del contagio de las ETS

El preservativo es uno de los métodos más seguros a la hora de prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS), alcanzando una efectividad superior al 90%.
Sin embargo, aunque son sobradamente conocidos los efectos beneficiosos que el uso de los profilácticos puede tener, su uso no está tan asentado en la sociedad como debería. En los últimos años se ha constatado un aumento en el diagnóstico de ETS, algo que no debería suceder dada la facilidad de acceso a los preservativos y la abundante información al respecto.

El uso correcto y constante de los preservativos puede reducir (aunque no eliminar) el riesgo de transmisión de las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Para lograr la máxima protección, los condones se deben usar de manera correcta. El uso incorrecto puede conllevar la transmisión de ETS ya que el contagio puede ocurrir con un solo acto sexual con una pareja infectada. De igual manera, si los condones no se usan de manera correcta, su efecto protector puede disminuir aunque se usen en forma constante.
Los condones de látex, cuando se usan de manera correcta y constante, son altamente eficaces para prevenir la transmisión sexual del VIH, el virus que causa el sida. Además, el uso constante y correcto de los condones de látex reduce el riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluso las enfermedades que se transmiten por las secreciones genitales y en menor escala, las úlceras genitales. El uso de condones puede disminuir el riesgo de infección por el virus del papiloma humano genital (VPH) y las enfermedades asociadas al VPH, p.ej., verrugas genitales y cáncer de cuello uterino.

Hay dos maneras principales de transmisión de las ETS. Algunas enfermedades, como la infección por el VIH, la gonorrea, la clamidia y la tricomoniasis se transmiten cuando las secreciones infectadas de la vagina o la uretra entran en contacto con superficies mucosas (como la uretra masculina, la vagina o el cuello uterino). En cambio, las enfermedades que producen úlceras genitales (como herpes genitalsífilis y chancroide) y la infección por el virus del papiloma humano (VPH) se transmiten fundamentalmente mediante el contacto con la piel infectada o las superficies mucosas.

Sin duda, existen motivos más que suficientes para utilizar el preservativo en las relaciones sexuales.

¿Qué revisión ginecológica debes hacerte en función de tu edad?

La salud es nuestro bien más preciado. De nada vale todo lo que tenemos si no tenemos salud. En ocasiones, el estado de nuestra salud puede verse afectado debido a la edad que tengamos en un momento concreto, y es que la aparirición de ciertas enfermedades o anomalías es especialmente característica en una determinada edad. Esto no quiere decir que quienes no tengan dicha edad estén exentas de sufrir el desarrollo de tales enfermedades, sino que las probabilidades de que esto se produzca disminuyen a medida que la persona se encuentra fuera de ese rango de edad.

Es por ello que en este post vamos a hablar acerca de las revisiones ginecológicas que has de hacerte en función de tu edad, para que puedas conocer de primera mano cuáles son los riesgos y peligros a los que te expones según tus años vividos.

De los 15 a los 30 años. Aunque las revisiones ginecológicas periódicas se establecen a partir de los 25 años (edad a la que hay que empezar a visitar al ginecólogo mínimo cada 3 años), en la adolescencia las mujeres ya pueden acudir a la consulta por diversos motivos.

Los problemas ginecológicos más comunes en este rango de edad son las anomalías menstruales, las infecciones, las enfermedades de transmisión sexual (ETS), las consecuencias del síndrome de ovario poliquístico y la dispareunia (el dolor al practicar relaciones sexuales).

De los 30 a los 40 años. Las patologías más comunes a esta edad son las alteraciones endocrinas (como las relacionadas con la tiroides), el virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer de cuello de útero.

De los 40 a los 50 años. El cáncer de cuello de útero, el virus del papiloma humano (VPH), el cáncer de mama, el cáncer de colon, el cáncer de útero, los trastornos menstruales, los problemas del suelo pélvico o la osteoporosis son algunas de las anomalías y enfermedades más frecuentes que padecen las mujeres entre los 40 y los 50 años.

De los 50 a los 60 años. El cáncer de cuello de útero, el virus del papiloma humano (VPH), el cáncer de mama, el cáncer de endometrio, los problemas producidos por la menopausia y la disfunción sexual son las patologías más diagnosticadas en esta edad.

De los 60 a los 65 años. La osteoporosis, el cáncer de mama, el cáncer de endometrio, el cáncer de ovario y el cáncer de vulva son las enfermedades más detectadas a partir de los 60 años de edad.

Conocer cuáles son los problemas de salud más diagnosticados en cada franja de edad te ayudará a saber cuál es la prueba ginecológica que debes realizarte para comprobar que todo está bien y que tu salud no corre riesgos.

Si tienes pendiente desde hace tiempo solicitar una revisión ginecológica, no lo retrases más, recuerda siempre que tu salud es lo primero. Puedes realizártela en nuestra clínica pidiendo tu cita online en nuestra web o llamando al teléfono 917 375 222.

Útero invertido y útero septo, ¿pueden afectar al embarazo?

Dos de las afecciones más comunes que puede presentar el útero son las conocidas como útero retroverso y útero septo. Vamos a ver cómo es cada una de ellas y cómo afecta al embarazo.

Puede que en alguna exploración rutinaria tu ginecólogo te haya señalado que tu útero está en retroversión o invertido. Aproximadamente un 20% de la población femenina presenta una variación anatómica de su útero que suele verse mediante una ecografía, un examen pélvico o un examen retrovaginal.

Normalmente, el útero suele estar inclinado hacia delante (en dirección al abdomen) o en posición vertical, apoyado sobre la vejiga. Sin embargo, en el caso de útero retroverso o invertido, el útero se encuentra inclinado hacia atrás, orientado hacia la columna vertebral y apoyado en el recto. 

Esta desviación no presenta ningún tipo de problema, salvo que pueda ser consecuencia de otro tipo de afecciones como la endometriosis, enfermedades inflamatorias pélvicas o ciertos tumores. En estos casos sí precisará atención médica.

En cuanto a los síntomas, la mayoría de mujeres no suele presentarlos, pero en algunos casos puede manifestar dolor pélvico, dispauremia, incontinencia, dismenorrea, dolor de espalda, infecciones urinarias, dolor durante las relaciones sexuales o problemas intestinales. Por lo general, esta desviación no suele conllevar ningún tipo de tratamiento, ya que normalmente es una condición natural del cuerpo de la mujer.

Pero, ¿afecta al embarazo? Antiguamente se creía que tener el útero invertido podía dificultar la concepción y disminuir las posibilidades de conseguir un embarazo. Sin embargo, diversos estudios demostraron que esta alteración no afecta a la habilidad del espermatozoide de alcanzar el óvulo y, por tanto, no tiene efectos negativos en la fecundación. Además, una vez que el feto está en desarrollo, el útero suele volver a su posición normal, corrigiendo esta desviación.

No obstante, en casos de que se produzcan abortos involuntarios o dificultades para concebir, sí es conveniente realizar estudios partiendo de la base de esta desviación, que puede ser un síntoma de algo más problemático.

En otro orden de cosas, y muy diferente a lo anterior, encontramos casos de útero septo, una malformación congénita que suele padecer el 2% de las mujeres.

Esta anomalía consiste en que el útero se encuentra dividido en dos cavidades que están separadas por una especie de tabique formado por una pared fibrosa o muscular. Esta pared puede dividir sólo una parte del útero (útero septo parcial) o hacerlo por completo (útero septo completo).

Su diagnóstico se realiza a través de pruebas como ecografía, resonancia o Histerosalpingografía (radiografía del útero y las trompas de Falopio para visualizar el interior de las cavidades). Normalmente, no produce ningún síntoma, aunque podemos encontrar casos de dismenorrea.

La infertilidad puede ser consecuencia de esta patología. En casos de útero septo, sí podemos encontrar dificultades para concebir o llevar a término un embarazo. Existe riesgo de que el embrión o la placenta se implanten en el tabique o no exista espacio suficiente para que el feto se desarrolle con normalidad. Esto puede provocar abortos, partos prematuros, muerte fetal o la práctica de cesárea debido a la dificultad de que el bebé se mueva y se pueda colocar en una buena posición.

En muchas ocasiones se practica una resección histeroscópica para eliminar el tabique, cuyos resultados son óptimos en la mayoría de los casos.

¿En qué consiste y cómo funciona Nuvaring, el anillo vaginal de referencia en el mercado?

El objetivo del anillo vaginal, al igual que cualquier método anticonceptivo, es evitar que se produzcan embarazos indeseados. La diferencia reside en su funcionamiento para cumplir con dicho propósito.

Este método anticonceptivo, introducido en el interior de la vagina de la mujer, se encarga de la liberación continua de hormonas que impiden la ovulación femenina, imposibilitando así que la mujer quede embarazada. Su efectividad es similar a la de las pastillas anticonceptivas. Si se utiliza adecuadamente, su efectividad asciende al 99 %, mientras que si no se hace el uso correcto del anillo vaginal, la efectividad del mismo puede verse reducida al 91 %.

El anillo vaginal debe llevarse en el interior de la vagina durante 3 semanas consecutivas, descansando una semana de cada mes, que suele coincidir con la menstruación de la mujer. 21 días con anillo y 7 días sin él, en los cuales bajo ningún concepto deberás utilizar ningún otro método anticonceptivo. Mientras el anillo se encuentre en el interior de la vagina, a la mujer no le llegará el periodo. Esto hace que en ocasiones las mujeres lleven el anillo vaginal más de los 21 días recomendados, cuando se marchan de viaje a la playa o ante determinados compromisos, aunque no es recomendable realizar esta práctica por las consecuencias que pueda tener sobre la salud de la mujer. Pasada la semana de descanso, se ha de introducir un nuevo anillo vaginal y repetir el mismo procedimiento. Es decir, el anillo vaginal es de uso mensual. Es un método muy práctico para las personas más olvidadizas, que no tienen que estar pendientes diariamente de tomar una pastilla u otro método anticonceptivo.

El anillo vaginal Nuvaring, es una de las grandes referencias del mercado de métodos anticonceptivos en la actualidad. La flexibilidad del anillo vaginal facilita su inserción y extracción. Se le debe dar forma para introducirlo en la vagina, e insertarlo igual que un tampón. Lo normal es que la mujer no note su presencia, y que no produzca molestias durante las relaciones sexuales. Si el anillo vaginal produce daño, molestias o malestar en el momento de su inserción o durante las relaciones sexuales, es recomendable acudir al ginecólogo, para que este realice las pruebas pertinentes en busca de las causas de dichos dolores o molestias.

El anillo vaginal no sirve como protección contra las ETS (enfermedades de transmisión sexual), por lo que su uso solamente es recomendable en los casos en los que la mujer mantiene relaciones sexuales con una pareja estable. Cuando la persona con la que se mantienen relaciones sexuales no es una pareja estable, el método anticonceptivo más recomendable es el preservativo.

Otra cuestión de vital importancia es la necesidad de visitar al ginecólogo antes de utilizar un anticonceptivo hormonal como el anillo vaginal Nuvaring. Pese a lo que muchas pacientes puedan pensar a priori, lo cierto es que los anticonceptivos hormonales no están indicados para todas las mujeres, por lo que es conveniente que el ginecólogo descarte cualquier factor de riesgo que pudiese causar graves efectos secundarios.

El anillo vaginal Nuvaring es flexible, inoloro y transparente. Contiene 11.7 mg de estrógeno y 2.7 mg de progesterona. Si el anillo vaginal se sale de la vagina se ha de lavar cuidadosamente y volverse a introducir cuanto antes. El anillo vaginal no puede estar horas fuera del interior de la vagina, pues se pueden ver dañadas su efectividad y propiedades. Entre las ventajas del anillo vaginal Nuvaring destaca su bajo nivel de hormonas.

Una opción ideal para quienes buscan un método anticonceptivo cómodo y eficaz con el que poder vivir su sexualidad libre de sustos y preocupaciones.