Los cambios físicos y emocionales de la mujer durante la menopausia

La menopausia es una etapa de la vida por la que tarde o temprano han de pasar todas las mujeres. Se produce en el momento en el que la menstruación deja de aparecer de forma regular, suponiendo el fin de la vida fértil de la mujer. Aunque no todas las mujeres viven la llegada de la menopausia a la misma edad, ya que la aparición de esta fase depende de múltiples factores, lo cierto es que la menopausia trae consigo una serie de cambios sobre el organismo y la mente de las mujeres, algo que en ocasiones puede traducirse como una problemática física y emocional. Es por ello que en este post vamos a hablar de algunos de los cambios que produce la menopausia en las mujeres y de la forma más adecuada de aceptarlos y adaptarnos a ellos.

Entre los cambios físicos más comunes destacan:

  • El aumento de peso.
  • Los cambios en la piel.
  • La caída del cabello y la aparición de vello en determinadas zonas.
  • Los cambios en los órganos sexuales de la mujer.
  • Los cambios emocionales más frecuentes son:
  • La aparición de jaquecas.
  • La sensación de fatiga y cansancio constante.
  • Los cambios en el humor y estado de ánimo (tendencia a experimentar sentimientos y sensaciones negativas).
  • La menor capacidad de concentración a la hora de realizar tareas cotidianas.
  • La sensación repentina y recurrente de calor, que produce la aparición desmedida de sudor y palpitaciones.

En AGE disponemos de un servicio específico destinado al tratamiento de la menopausia. En él, trabajamos tanto en la prevención de enfermedades como la osteoporosis, como en el tratamiento de todos los problemas o cambios físicos derivados de la aparición de la menopausia.

Las mujeres durante la menopausia han de hacer frente a una serie de cambios que no siempre son bien recibidos. Para muchas, la llegada de la menopausia constituye una crisis con respecto al paso del tiempo, una señal evidente de que la vida y los años han pasado sin apenas darse cuenta. Esta percepción negativa sobre la realidad puede suponer una inestabilidad emocional en la salud mental de las mujeres. En nuestro servicio de atención psicoterapéutica ayudamos a las mujeres a gestionar y afrontar una de las etapas más importantes de su vida, que en ocasiones también se convierte en una de las más complicadas.

Si estás experimentando los efectos de la menopausia y sientes que necesitas algún tipo de ayuda o soporte que garanticen tu salud física y mental, no dudes en visitar nuestra clínica privada especializada en ginecología y obstetricia. Nos encontrarás en Paseo de Eduardo Dato nº 3, 1 ª planta (Madrid). Pide tu cita online en nuestra web o llamando al teléfono 917 375 222. Nuestro equipo de profesionales te acompañará durante toda esta fase para hacer más llevadero un periodo que para muchas se convierte en una cuesta hacia arriba en la que necesitan ayuda para llegar a la cima.

Menorragia: causas y síntomas del sangrado menstrual abundante

La menorragia o el sangrado menstrual grave (SMG) es el término clínico con el que se conoce al sangrado menstrual abundante y prolongado. Pese a que la mayoría de las mujeres pasan su periodo de forma natural, un porcentaje de la población femenina padece menorragia, una anomalía que convierte la menstruación en un auténtico calvario para quien la sufre.

Existen varios factores que pueden servir como indicadores para la detección de la menorragia:

  • Cambios en el flujo (aumento de volumen y abundancia).
  • Duración del periodo menstrual superior a una semana.
  • Aparición de sangrados entre una regla y otra.
  • No superar los 21 días de diferencia entre una menstruación y otra.
  • Necesidad de cambiar el tampón, la comprensa o la copa menstrual cada 2 o 3 horas, suponiendo, aproximadamente, 8 cambios diarios.
  • Exceso de cansancio durante el periodo.

Las mujeres que sufren menorragia o sangrado menstrual grave siempre coinciden en la misma cuestión: ¿a qué se debe? ¿cuáles son sus causas? Las posibles causas que explicarían el desarrollo de la menorragia son múltiples y variadas, entre las que destacan:

  • Los miomas. Son bultos o tumores benignos que aparecen en el útero o en el cuello uterino. Los miomas son la causa principal de la menorragia en el 40 % de los casos diagnosticados. Cuando la razón de la menorragia se debe a los miomas, además de todos los síntomas que mencionábamos anteriormente, también se produce dolor o presión en la zona pélvica.
  • Pólipos en el endometrio. Son los responsables del 15 % de los casos de menorragia que se desarrollan en las mujeres.
  • Endometriosis. La endometriosis es la enfermedad que se produce cuando el tejido que habitualmente recubre el útero crece en algún otro lugar, como los ovarios, las trompas de Falopio, la vejiga o los intestinos. Entre los síntomas que provoca la endometriosis se encuentran el dolor menstrual intenso y el sangrado entre reglas.
  • Alteraciones hormonales. La adolescencia y el final de la vida fértil de la mujer (perimenopausia y menopausia) son las etapas más irregulares e inestables para la mujer hormonalmente. Este es otro de los motivos que pueden originar la aparición de la menorragia o el sangrado menstrual grave.

Las hormonas, el cansancio y el estrés son grandes enemigos de la menstruación sana y regular.

  • Uso del método anticonceptivo DIU elaborado con cobre. El cuerpo humano es muy inteligente, e identifica al DIU como un cuerpo extraño presente en el organismo de la mujer. En este caso, la forma que tiene el cuerpo de avisar de que algo no va bien es a través de la intensificación del sangrado menstrual.
  • La genética. La importancia y la influencia que tiene la genética en la salud es incuestionable. Las mujeres cuya ascendencia (madres, abuelas…) padeció sangrados menstruales graves y abundantes cuentan con una mayor predisposición a desarrollar menorragia durante su vida fértil.
  • Factores ajenos a la ginecología, como problemas derivados de la tiroides o el síndrome de Cushing. Aunque solo son responsables del 5 % de los casos de menorragia, lo cierto es que en ocasiones los motivos del sangrado menstrual grave se deben a causas ajenas a la ginecología.
  • El consumo de determinados fármacos o medicamentos. Los anticoagulantes o el ácido acetilsalicílico son algunos de los fármacos y medicamentos que pueden desencadenar la aparición de menorragia; aunque es una probabilidad, no una constante.
  • La inflamación en la zona pélvica, el embarazo ectópico, las lesiones vaginales y los abortos espontáneos también pueden ser la causa de la menorragia o sangrado menstrual grave.

Si sientes algunos de los síntomas que aparecen en este post, no dudes en visitar a tu ginecólogo. Llama al teléfono 917 375 222 y pide cita en AGE, tu clínica de ginecología y obstetricia en Madrid. Deja tu salud en manos de profesionales.

Recomendaciones para viajar durante el embarazo

El buen tiempo está llegando y se aproximan fechas de vacaciones para todos. Si estás embarazada y vas a salir de viaje, habrás oído que hay que tener en cuenta ciertos factores y que no es recomendable en algunos momentos del embarazo (durante el primer trimestre y el último no se recomiendan largos desplazamientos), aunque para nada es un impedimento.

Desde AGE queremos que te sientas segura a la hora de viajar y, por eso, vamos a resolverte algunas dudas y a darte varios consejos que puedes seguir para tener unas vacaciones de ensueño.

Como paso previo, te animamos a planificar tu viaje con tiempo para reducir las situaciones de estrés que puedan suponer las prisas o imprevistos de última hora.

  • En primer lugar, siempre que el embarazo se desarrolle con normalidad, no haya hemorragias ni sangrados vaginales, amenaza de aborto, o la fecha del parto se aproxime (a partir de la semana 38), no hay ningún problema a la hora de viajar. Eso sí, debes asegurarte de que el lugar de destinto tenga una buena seguridad sanitaria y tener en cuenta factores como la duración del viaje o el medio de transporte.
  • Además, es necesario que lleves contigo toda la documentación sanitaria sobre el embarazo (análisis, ecografías, informes, etc).
  • El período de menos riesgo para emprender un viaje es el segundo trimestre de embarazo, a partir de la semana 18ª, ya que el embrión ha superado las dificultades de implantación y los cambios físicos no incomodan demasiado a la embarazada.
  • Si vas a viajar en tren, en avión o en autobús, elige un lugar cerca del baño y junto al pasillo.  La mayoría de las compañías aéreas ponen restricciones a las embarazadas de más de siete meses para evitar la posibilidad de que se presente un parto durante el vuelo.
  • El barco no es muy recomendable, sobre todo en los primeros meses, debido a posibles mareos y naúseas. Y el autobús tampoco debido al pequeño espacio del que se dispone.
  • El coche se recomienda para viajes cortos.
  • Evita estar mucho tiempo sentada e intenta estirar las piernas cada cierto tiempo o cambiar de posición. Si vas en coche, debes parar cada dos horas y relajarte unos minutos antes de seguir.
  • Bebe mucha agua durante el trayecto y viste ropa cómoda (que no apriete, zapatos sin tacón y alguna chaqueta para los cambios de temperatura).
  • En desplazamientos largos puede venir bien una almohada para la espalda.
  • Para evitar posibles mareos, lleva a mano algo de glucosa o algún alimento.
  • No se recomienda viajar a sitios de más de 3.000 metros de altura, ni a zonas donde exista riesgo de contraer alguna enfermedad o que requieran vacunas que puedan suponer un riesgo.

Una vez en el lugar de destino es importante seguir algunos consejos: 

  • Protégete del sol.
  • No practiques actividades arriesgadas.
  • Realiza ejercicio físico.
  • Lleva a cabo una buena alimentación y bebe mucha agua. Evita las comidas pesadas y las grasas e intenta respetar los horarios. Si viajas a otros países bebe sólo agua embotellada.
  • Sé más estricta con tu higiene. Puedes llevar en el bolso un desinfectante de manos.
  • Procura dormir bien y cómodamente.
  • Viste prendas ligeras, amplias y cómodas. Protégete de las infecciones vaginales poniéndote ropa seca cuando subas de la playa o la piscina.

Picores vaginales, ¿a qué pueden deberse?

El picor vaginal, que a veces va acompañado de dolor, irritación y sequedad, es un problema que afecta a muchas mujeres y puede ser consecuencia o signo de otro problema más grave que puede solucionarse sin complicaciones si se detecta a tiempo. 

  • La causa principal suele ser la candidiasis, una infección vaginal causada por un hongo que, además de picor, provoca flujo blanquecino, espeso y maloliente, enrojecimiento de la zona, ardor y molestias al orinar. 
  • El picor vaginal también nos puede estar dando señales de una cistitis, al acumularse los microorganismos en el tracto urinario. Es recomendable tratarla a tiempo, ya que ésta puede extenderse a otros órganos.
  • Durante la menopausia o el embarazo, los cambios en los niveles de estrógenos también pueden provocar sequedad en la zona vaginal y, como consecuencia, picor e irritación.
  • Aunque la higiene de nuestra zona íntima es muy importante, un exceso puede alterar nuestra flora vaginal y ocasionar este tipo de picores. 
  • También debemos tener presente la ropa interior que usamos, ya que puede provocarnos alergia. 
  • Enfermedades de Transmisión Sexual. Aunque la mayoría de ellas son asintomáticas, algunas personas pueden llegar a sentir picor o ardor. 
  • Afecciones cutáneas como psoriasis o eczema. 
  • Por último, también puede estar causado por lo que se conoce como vestibulitis vulvulare, una afección que provoca la inflamación y enrojecimiento en la abertura de la vagina.

Debemos acudir al ginecólogo para que sea él quien valore este tipo de picores y nos de un diagnóstico.

Para evitar cualquier de estos problemas debemos ser, ante todo, precavidos, y cuidar todo lo que podamos nuestra zona íntima. 

  • Aunque se debe cuidar la higiene, es recomendable no hacerlo de forma excesiva.
  • Utilizar jabones específicos para tratar la zona. 
  • Evitar mantener mucho tiempo puestas braguitas húmedas.
  • Usar ropa interior de algodón. 
  • A la hora de limpiarnos cuando vamos al baño, procurar hacerlo desde la vagina hace el ano y no al revés para evitar arrastrar suciedad.
  • No usar de forma muy habitual toallitas húmedas.
  • Evitar las duchas vaginales. 
  • Si el picor es intenso, procurar no rascarse para no provocar lesiones. 

Diagnóstico y tratamiento del Virus del Papiloma Humano

El Virus del Papiloma Humano es la enfermedad de transmisión sexual más común. Conocido también con las siglas de VPH, se trata de un virus inofensivo que desaparece de forma espontánea en gran parte de los casos, pero que en otros muchos produce consecuencias sobre la salud que han de ser convenientemente diagnosticadas y tratadas.

El Virus del Papiloma Humano se diagnostica tanto en hombres como en mujeres. De los más de 200 tipos que existen, unos 40 de ellos pueden afectar de forma directa a los genitales. Aunque el Virus del Papiloma Humano no se muestra siempre, sí que hay formas de prevenir su aparición o presencia. El Virus del Papiloma Humano no solamente afecta a la persona infectada, sino que en el caso de tener pareja o de disfrutar de una vida sexualmente activa, lo recomendable es que se comunique la situación a todas las personas posiblemente afectadas por la infección, es decir, a aquellas personas con las que se haya mantenido relaciones sexuales recientemente. Es la forma más segura de activar y poner en práctica las medidas preventivas pertinentes.

Con la realización de la prueba del Virus del Papiloma Humano, se establece si las pacientes son de alto o bajo riesgo, y en base al resultado se determinan las pautas a seguir. En muchos de los casos, el ginecólogo recomienda la aplicación de las vacunas, que son una de las barreras claves en la prevención y el diagnóstico del Virus del Papiloma Humano.

El VPH es una infección que si se trata de la forma adecuada no ha de tener consecuencias mayores sobre la salud de las pacientes, pero si no se llevan a cabo un diagnóstico y tratamiento eficientes, lo cierto es que puede derivar en problemas de salud graves, como el cáncer de cuello de útero, las lesiones precancerosas de los genitales femeninos y las verrugas en la zona genital.

En ocasiones, si las verrugas y lesiones producidas por la infección del Virus del Papiloma Humano son internas, se debe proceder a la intervención quirúrgica para lograr su extirpación. Se trata de una operación sencilla, pero necesaria.

Las mujeres que están siguiendo un tratamiento para prevenir o curar el Virus del Papiloma Humano, tanto si su situación es de bajo o de alto riesgo, deben realizarse la prueba del VPH cada seis meses. En la prueba, los profesionales comprobarán si la infección sigue sin mostrarse o si, por el contrario, comienza a haber evidencias de la presencia del Virus del Papiloma Humano.

Cómo cuidar de tu zona íntima en verano

El verano es la estación del año en la que la mujer se expone a un mayor riesgo de contraer infecciones en su zona íntima. Las altas temperaturas, los baños en piscinas, ríos y playas y la humedad son factores que multiplican las posibilidades de sufrir una infección. El aumento de las infecciones vaginales en verano se debe a tres motivos principales: el calor, el sudor y el exceso de humedad en la zona. Pero poniendo en práctica los consejos y recomendaciones pertinentes, los peligros se reducen. Así que presta atención a las siguientes advertencias y no olvides cuidar de tu zona íntima este verano.

Algunas de las causas que pueden originar infecciones en la zona íntima femenina son:

  • El consumo de antibióticos convencionales.
  • El uso de algunos anticonceptivos orales.
  • La utilización de prendas húmedas o mojadas, como bañadores o bikinis, durante un largo periodo de tiempo. Llevar puesta durante muchas horas la ropa de baño húmeda puede provocar el aumento de bacterias perjudiciales, y desembocar en una vaginitis (inflamación o infección de la vagina).
  • La sal y la arena, que pueden ocasionar irritaciones en el área genital femenina. Después de cada jornada de playa, se recomienda ducharse bien, para extraer toda la sal y la arena del cuerpo y, por ende, de los genitales.
  • El uso de ropa interior elaborada con materiales distintos al algodón. Mientras que la ropa interior hecha con algodón, la más recomendada por los expertos en ginecología, ayuda a mantener el PH natural de la vagina, las prendas sintéticas alteran la flora, lo que puede desencadenar fácilmente en una infección vaginal.
  • Las relaciones sexuales y el uso del preservativo como método anticonceptivo.
  • Las altas temperaturas y el exceso de sudoración. El uso de ropa ceñida y ajustada, que aumenta la sudoración del cuerpo durante los meses más calurosos, es otro de los factores de riesgo de infecciones.
  • La falta de ventilación. La zona vaginal también necesita estar bien ventilada, por lo que puedes optar a dormir sin ropa interior, para que el área se ventile durante las horas de sueño.
  • El uso de sprays y desodorantes en la zona íntima. Pueden provocar irritaciones, alergias, cambios en el PH vaginal o alteraciones en el equilibrio bacteriano que facilitan la aparición de infecciones.
  • La utilización de suavizantes perfumados para lavar la ropa y el uso de la secadora para secar las prendas de ropa interior recién lavadas.
  • Las compresas y los tampones. En verano, como mencionábamos anteriormente, las posibilidades de que se produzca una infección en la zona íntima de la mujer se incrementan. Durante la menstruación, se ha de tener mucho cuidado con el uso de compresas y tampones, cambiándolos cada pocas horas para evitar infecciones.
  • La depilación completa de la zona íntima femenina. El vello cumple su función en los genitales de la mujer, por lo que es recomendable evitar eliminarlo por completo, dejando protegidas las zonas más sensibles y vulnerables.
  • La presencia y la aparición de las bacterias se produce mucho más en ambientes húmedos que en ambientes secos. Por ello, a la hora de llevar a cabo el cuidado y la higiene de la zona íntima femenina, se debe tener muy presente esta realidad. Tanto cuando se trata del lavado de la zona íntima, como cuando hablamos del uso de los trajes de baño durante la época estival, lo cierto es que hay que evitar que los genitales queden expuestos a la humedad más tiempo del recomendado. Aunque lo recomendable es no utilizar jabón en la zona íntima, en el caso de hacerlo, siempre hay que utilizar jabones específicos creados para su utilización en el área genital. El uso de jabones íntimos adecuados y secar bien la zona íntima tras el lavado es fundamental para evitar infecciones indeseadas. Durante los meses de verano, se recomienda lavar la zona íntima dos veces al día, por la mañana y por la noche.

Este verano, pon en práctica todos estos consejos y recomendaciones y no pongas en peligro la salud y el bienestar de tu zona íntima.

Cuáles son las enfermedades e infecciones vaginales que puede ocasionar el frío

La llegada del otoño y el descenso de las temperaturas pueden traer consigo consecuencias negativas sobre la salud de las personas. Por ello, es muy importante afrontar esta época del año con las defensas suficientes como para prevenir y combatir cualquier tipo de amenaza sobre nuestra salud y bienestar. Las enfermedades e infecciones vaginales son una de las posibles consecuencias del descenso de temperaturas en los termómetros, por lo que saber a qué podemos enfrentarnos, conocer sus síntomas y medidas preventivas puede ser de vital importancia para garantizar un estado de salud óptimo. Porque en la prevención está la clave del bienestar, y en este post vamos a explicar las razones.

Una de las afecciones más recurrentes durante los meses de otoño e invierno es la infección de orina o cistitis. Aunque las causas de la infección de orina pueden ser variadas, lo cierto es que cada vez más las evidencias científicas concluyen que existe una correlación entre el frío y el desarrollo de cistitis o infección de orina. La bajada de temperaturas y la mayor debilidad del sistema inmunológico durante los meses de invierno hacen que miles de mujeres visiten cada año a su ginecólogo a causa de la cistitis o infección de orina. Pero no solo las mujeres son vulnerables a sufrir cistitis; los hombres también pueden padecerla, aunque en el caso de los varones las posibilidades de desarrollarla disminuyen. La cistitis, al ser producida por una bacteria, ataca aprovechando el frío y el déficit de defensas del organismo. Algunas de las medidas preventivas que podemos llevar a cabo para evitar la aparición de infección de orina son:

  • Beber mínimo 1,5 litros de agua diarios.
  • Orinar cada 3 o 4 horas.
  • Orinar antes y después de mantener relaciones sexuales.
  • Cuidar la higiene de la zona genital.

Los cambios que se producen en la mucosa vaginal, causados en ocasiones por las alteraciones y variaciones de temperatura, pueden dar lugar a lo que conocemos como candidiasis vaginal o vulvovaginitis candidiástica. La candidiasis, producida por un hongo, puede afectar tanto a hombres como a mujeres, y aunque los cambios de temperatura no son la única causa de esta afección, sí que constituyen un factor de riesgo que puede desencadenar su aparición.

Existe un fenómeno conocido como “vagina de invierno”, por el que muchas mujeres atribuyen su sequedad vaginal y falta de lubricación a los meses más fríos. Los ginecólogos advierten de que se trata de una leyenda urbana que con el tiempo ha ido cobrando más y más credibilidad, pero a la que debemos hacer oídos sordos, ya que solo es un mito que se ha popularizado entre la población.

¿Cuándo debo realizarme una citología ginecológica?

Hace tiempo os hablábamos de la importancia de realizar citologías ginecológicas periódicas. Hoy volvemos a tratar este tema, centrándonos en cuándo debe realizarse esta importante prueba.

La citología vaginal es una de las pruebas ginecológicas más importantes en la salud genital femenina, que ayuda a prevenir y diagnosticar enfermedades, salvando la vida de miles de mujeres cada año.

Siempre y cuando no hayan existido problemas ginecológicos previos, la citología ginecológica se debe realizar a partir de los 25 años de edad, aunque también es recomendable realizar la primera citología 3 años después de la primera relación sexual. La frecuencia con la que se realizará la prueba médica dependerá del diagnóstico y situación de cada paciente.

Pese a que es recomendable la realización de una citología vaginal cada año, lo cierto es que cuando no existe ningún problema ni antecedente que pueda servir de señal de alarma en el desarrollo de enfermedades o anomalías posteriores, el margen desde la realización de una citología a otra se puede alargar hasta los 3 años.

Las citologías vaginales tienen un papel fundamental en la prevención de enfermedades ginecológicas, así como en su diagnóstico y tratamiento tempranos. Algunos de los tumores femeninos más graves, como el cáncer de cuello de útero, o algunas de las enfermedades sexuales más comunes, como el VPH (virus del papiloma humano), pueden ser reconocidos a través de la exploración rutinaria realizada en la citología ginecológica.

A partir de los 30 años, las mujeres deben realizarse la prueba cada 3-5 años, para descartar la presencia en su organismo del virus del papiloma humano.

Existen algunas circunstancias en las que no es recomendable realizar la citología vaginal, ya que la precisión y fiabilidad del diagnóstico no están garantizados. Algunas de estas circunstancias son:

Haber mantenido relaciones sexuales dos días antes de la realización de la prueba.

Haber tenido la menstruación los cuatro o cinco días previos a la realización de la prueba.

El uso de cremas vaginales.

El uso de óvulos.

El uso de espermicidas.

Es conveniente que cualquiera de los casos expuestos anteriormente se comunique al ginecólogo, que es quien determinará la mejor opción para la paciente. Si es necesario, se retrasará la realización de la prueba para otro momento en el que se garantice en mayor medida su efectividad.

Aquellas mujeres que tomen anticonceptivos vía oral, u otro tipo de fármacos o medicamentos, también deberán comunicárselo a su ginecólogo, para que este tome las medidas necesarias al respecto.

Muchas veces, las pautas y ritmos de la vida diaria hacen que las mujeres dispongan de menos tiempo para el autocuidado, incluyendo como parte de este su salud. La visita al ginecólogo, al menos una vez al año, puede salvarnos la vida. Por ello, desde AGE trabajamos en la concienciación de la importancia de la realización de este tipo de pruebas, que pueden reducir de forma considerable los efectos nocivos producidos por ciertas enfermedades. Llámanos al teléfono 917 375 222 o pide cita online para tu citología vaginal.

5 enfermedades ligadas a los ovarios

Los ovarios son los encargados de producir los óvulos y las hormonas femeninas estrógeno y progesterona. Como cualquier órgano, pueden desarrollar diversas enfermedades o patologías, como las que describimos a continuación:

Cáncer de Ovario: Se le conoce comúnmente como el asesino silencioso, ya que las mujeres que lo padecen no tienen síntomas hasta que la enfermedad está ya muy avanzada, lo que dificulta el diagnóstico precoz. Algunos de sus síntomas son: Sensación de peso en la pelvis dolor en la parte baja del abdomen, aumento o pérdida de peso, sangrado entre períodos menstruales, hemorragias vaginales, náuseas, vómitos, gases, pérdida de apetito, dolor de espalda. El especialista puede diagnosticarlo a través de un examen físico, examen pélvico, análisis de laboratorio, ecografías o una biopsia.

Quistes Ováricos: Los quistes en los avarios son unos pequeños sacos rellenos de líquido que no suelen ser peligrosos y que, en muchos casos, desaparecen por sí solos. Aún así, el ginecólogo realizará un diagnóstico y, dependiendo de sus características o si producen dolor, optará o no por eliminarlos con cirugía.

Síndrome de Ovarios Poliquísticos: Los primeros síntomas aparecen con la primera menstruación. Es un trastorno endocrino producido por un desequilibrio hormonal que dificulta a los ovarios la liberación de óvulos completamente desarrollados. Esto se debe a que los ovarios producen cantidades de andrógenos (conocida como la hormona masculina) más elevadas de lo normal y esto puede afectar a la liberación del óvulo. Si quieres saber más sobre sus síntomas, diagnóstico o tratamiento, consulta nuestra entranda pinchando aquí.

Falla Ovárica Prematura: Esta patología ocurre cuando los ovarios dejan de producir óvulos antes de los 40 años, ocasionando infertilidad y diversos problemas hormonales. Antes, se asemejaba a la menopausia prematura. Sin embargo, algunas mujeres que sufren Falla Ovárica Prematura continúan teniendo menstruaciones ocasionales. Además, aunque las mujeres no puedan concebir de forma natural, pueden someterse con éxito a diversos tratamientos de fertilidad. Todavía no existe un tratamiento que logre restablecer el funcionamiento normal de los ovarios.

Torsión Ovárica: Consiste en la rotación del ovario y, por lo tanto, la interrupción del flujo de la sangre. Normalmente, se da en mujeres jóvenes y se caracteriza por producir un dolor intenso en la parte baja del abdomen que se irradia hacia la espalda. Otros síntomas son náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. Por lo general, se produce en un solo ovario a la vez. Su tratamiento requiere cirugía. Existen gran variedad de causas que pueden dar lugar a la torsión ovárica, desde cambios fisiológicos, anomalías congénitas, hasta quistes en los ovarios.

Mamografía Digital con Tomosíntesis. ¿Qué ventajas tiene?

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Es la Prueba Diagnóstica de imagen más utilizada para identificar el cáncer de mama.

En AGE GINECOLOGÍA contamos con la Mamografía Digital con Tomosíntesis, cuya técnica vanguardista posibilita obtener múltiples planos paralelos al detector (grosor de 1mm) permitiendo una mayor identificación y mejor caracterización de las lesiones mamarias.

¿Cuál es la diferencia?

La diferencia estriba en que mientras que la mamografía convencional captura una única imagen del tejido mamario, la Tomosíntesis permite analizar los tejidos capa por capa, facilitando la visualización de lesiones incluso de aquellas muy incipientes.

Además, la Tecnología CAD es un Sistema que permite a nuestros radiólogos evaluar más de cerca áreas específicas de interés diagnóstico, ya que los CAD proporcionan una segunda lectura para consolidar la detección precoz de una posible lesión y reducen notablemente la posibilidad de errores.

La implantación de la mamografía digital ha conllevado una mejora de la sensibilidad en la detección del cáncer en mamas densas.

Ventajas de la Mamografía Digital con Tomosíntesis

  1. Utiliza bajas dosis de radiación.
  2. Mayor comodidad para la paciente, ya que las imágenes en 2D y 3D se pueden obtener en una sola compresión
  3. Mejora la evaluación del tejido mamario con la mayor precisión posible para el diagnóstico
  4. Mayor exactitud en la determinación del tamaño, la forma y localización de lesiones mamarias.
  5. Mayor probabilidad de detectar múltiples lesiones en la mamá.
  6. Imágenes más claras de cualquier anormalidad dentro del tejido mamario fibroglandular y heterogéneamente denso.

Tu ginecólogo es quien pauta esta prueba, para la que hace falta prescripción médica.

Además de la Mamografía, la Ecografía de mama es una prueba radiodiagnóstica que, generalmente, se realiza de forma complementaria a la Mamografía, para lograr un diagnóstico más específico.

Se trata de una prueba no invasiva que se realiza mediante ultrasonidos, exenta de riesgos al no estar la paciente sometida a ningún tipo de radiación.